Autolab / Mecánica General
16 December, 2021 - Tiempo promedio de lectura: 5 minutos.
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Autolab / Mecánica General
El sistema de suspensión se refiere a la serie de elementos mecánicos encargados de conectar el chasis o estructura del coche con las llantas, fungiendo como una especie de articulaciones.
La tarea de este sistema es sostener el peso del vehículo y absorber las imperfecciones que percibe la llanta al estar en contacto con el asfalto, así como de reducir las vibraciones que provocan los caminos irregulares o que no están pavimentados.
De igual manera, la suspensión de un auto nos ayuda a minimizar el movimiento que causa la caída en un bache, con el propósito de ofrecer mayor confort, estabilidad y seguridad para los ocupantes.
Finalmente, el conjunto de estos elementos también se encargará de proteger al chasis para que no reciba los golpes que genera un camino accidentado, y así evitar posibles daños estructurales.
Para poder llevar a cabo su cometido, el sistema de suspensión se compone de varios elementos dentro de los que destacan tres piezas principales:
La suspensión se encuentra tanto en la parte delantera, como en la parte trasera del auto, y gracias a su método de funcionamiento se pueden dividir en dos tipos:
Esta suspensión fue la primera en introducirse al mercado, y quiere decir que las llantas estarán unidas por un eje rígido, logrando que ambas tengan el mismo movimiento de inclinación de acuerdo con las condiciones del camino. Actualmente son poco comunes, aunque podemos encontrarlas en los coches con prestaciones todoterreno y vehículos de trabajo.
Su ventaja es que ofrece una articulación óptima para los coches de uso rudo, además de que tiene una capacidad de resistencia mucho mayor. Por otro lado, la desventaja se encuentra en que notaremos una deficiencia de estabilidad al paso por curva, incrementando las posibilidades de una volcadura, además de que las vibraciones del camino serán más evidentes.
Este tipo de suspensión es la que encontramos en la mayoría de los coches y al contrario de la rígida, permitirá que cada llanta tenga movilidad autónoma, sin depender una de la otra. Es decir que será más flexible a las condiciones de camino irregular, ofreciendo mayor comodidad y control del vehículo.
Dentro de esta categoría encontraremos la famosa suspensión McPherson y Multilink, la primera de estructura simple y mayormente usada en el eje delantero, mientras que la segunda es utilizada en la parte trasera, pues consta de diferentes brazos que distribuyen la fuerza de tensión y logran que la llanta se mantenga en una mejor postura.
Esto dependerá en gran medida del tipo de prestaciones que tenga tu auto o del uso que se le dé, es decir, que la suspensión rígida será más útil en caminos accidentados, mientras que la independiente se recomienda más para el uso tanto en ciudad, como en carretera.
Algunos de los síntomas más comunes con los que podremos saber que nuestro coche necesita una revisión del sistema de suspensión, son los siguientes:
Esto se debe a un probable desgaste de los amortiguadores; y aunque la calibración del sistema de suspensión es distinta entre las diversas marcas y modelos de coches, siempre se puede distinguir cuando el auto se percibe demasiado “brincón” o el movimiento es excesivo.
Esto podría denotar un importante desgaste en los cojinetes que amortiguan la caída, mismos que también pudieran haberse roto debido a la caída súbita del chasis en caminos accidentados.
Si al revisar la presión de tus llantas notas que la banda de rodamiento se gasta desproporcionadamente, también puede ser un foco de alerta que también requiera de un servicio de alineación y balanceo.
Si al paso por curva detectamos que la dirección requiere de un exceso de fuerza en el volante o al pisar el pedal de freno, la carrocería se desbalancea, quiere decir que nuestro coche necesita una revisión del sistema de suspensión, ya que, de no hacerlo estaríamos comprometiendo la seguridad del auto.
Esto quiere decir que, el coche se inclina hacia un lado u otro o hacia adelante y atrás. El motivo podría derivarse de una posible fuga de aceite en los amortiguadores, lo que ocasiona que no exista la suficiente presión para poder mantener la altura y ángulo adecuado de las llantas. La falla podría deberse a una posible rotura o deformación de los brazos de la suspensión.
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